Tras los daños sufridos en el temporal de diciembre de 2023, el ícono porteño recuperó sus pétalos luego de un trabajo inédito que combinó ingeniería de precisión, logística fluvial y preservación patrimonial
Un símbolo porteño que se levanta otra vez
La Floralis Genérica volvió a desplegar sus pétalos en Recoleta y, con ellos, una parte del orgullo porteño. Después de casi dos años de trabajos complejos y silenciosos, la escultura recuperó su forma original tras la instalación del último pétalo, dañado durante el fuerte temporal de diciembre de 2023.
El regreso no fue simple ni rápido. Cada etapa exigió un nivel de precisión pocas veces visto en el espacio público de la Ciudad. La reparación combinó técnicas propias de la industria aeronáutica y aeroespacial, operaciones logísticas de gran escala y un enfoque de conservación patrimonial minucioso.
Un daño que activó una obra sin precedentes
El temporal que azotó a Buenos Aires a fines de 2023 provocó la rotura de dos de los seis pétalos de la Floralis. A partir de ese momento, se inició un proceso integral que comenzó con un profundo análisis estructural de la obra. La prioridad fue clara: restaurar sin alterar la esencia del monumento.
Cada pétalo es único en su diseño y comportamiento estructural, lo que convirtió a la restauración en un verdadero desafío técnico. No existían piezas estándar ni soluciones repetibles: todo debía estudiarse y resolverse de manera individual.
Baradero, el taller inesperado de la Floralis
Los pétalos dañados fueron trasladados a una planta industrial en Baradero, donde se montaron sobre cunas de hierro para su intervención. Allí se desmontaron los paneles de aluminio, se retiraron largueros y costillas de acero deterioradas —incluidas estructuras agregadas en reparaciones anteriores— y se realizó una limpieza profunda mediante arenado para eliminar corrosión.
En ese espacio se aplicaron ensayos de materiales no destructivos, habituales en la industria aeroespacial. Equipos ópticos, corrientes parásitas y líquidos penetrantes permitieron evaluar el estado de cada pieza sin dañarla, garantizando decisiones precisas antes de avanzar.
Ingeniería de alta precisión para una obra urbana
Con los datos obtenidos, se realizaron cálculos estructurales, verificaciones de resistencia al viento y modelados en 3D para proyectar el comportamiento futuro de la escultura. La Floralis fue tratada como una estructura viva, expuesta a fuerzas constantes del entorno.
Las nuevas piezas se ensamblaron utilizando bulones especiales empleados en aeronaves, elegidos por su resistencia a la tracción y a la fatiga. Luego se reemplazaron las chapas de recubrimiento, fijadas con remaches de acero inoxidable, y se evaluaron las articulaciones que conectan los pétalos con el tallo central.
Un viaje por agua y tierra para volver a casa
El regreso de cada pétalo a la Ciudad fue una obra en sí misma. Las piezas, de más de tres toneladas y media, recorrieron más de 150 kilómetros combinando transporte fluvial y terrestre. Desde Baradero navegaron en barcaza por el río Paraná y el Río de la Plata hasta el Puerto de Buenos Aires, y desde allí fueron trasladadas por tierra hasta la Plaza de las Naciones Unidas.
Cada operativo demandó más de tres días de trabajo continuo, con grúas de gran porte y equipos especializados. El primer pétalo restaurado fue montado en octubre; el segundo, este fin de semana, completó la silueta original.
“Cumplimos con restaurar uno de nuestros símbolos”
“Desde el temporal nos comprometimos a restaurar la Floralis y lo cumplimos: recuperamos uno de los símbolos porteños que nos representan en todo el mundo”.
Así lo expresó el jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien destacó que se trató de uno de los trabajos de preservación patrimonial más importantes de los últimos años. La obra no solo recupera una escultura, sino también un punto de encuentro y de identidad.
Además, se anunció una nueva ingeniería de iluminación para que la Floralis vuelva a lucirse como nunca, especialmente durante la noche, reforzando su presencia en el paisaje urbano.
Una restauración con apoyo público y privado
La intervención se realizó en el marco del Régimen de Patrocinio del Gobierno porteño, que articula alianzas con el sector privado para proyectos estratégicos. En este caso, contó con el acompañamiento de Naranja X, Axion y Samsung.
Para celebrar el regreso completo de la Floralis, el próximo sábado la Plaza de las Naciones Unidas será escenario de ferias gastronómicas y shows musicales durante toda la jornada. Una fiesta abierta para reencontrarse con un ícono que vuelve a florecer.
Una flor de acero que ya es parte de la historia
Creada y donada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, la Floralis Genérica fue inaugurada en 2002. Con sus seis pétalos de acero inoxidable y aluminio, pesa 18 toneladas y supera los 20 metros de altura.
Hoy, tras una restauración inédita, vuelve a abrirse frente a la Ciudad. No solo como una escultura, sino como una muestra de lo que implica cuidar el patrimonio común, incluso cuando el desafío parece imposible.





