Nicolás Dujovne es, desde hace largos meses, la persona a la que con mayor atención escuchan en las reuniones de Gabinete. La marcha de la economía se convirtió en obsesión y preocupación para Mauricio Macri y sus ministros. De ese pulso saben que depende buena parte de sus chances electorales. Por eso al jefe de Hacienda también lo auscultan con insistencia María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Y, en medio de un escenario muy complicado, Dujovne dejó una suerte de anuncio/promesa a la que se aferran con ganas en Cambiemos: una mejora en el poder adquisitivo a partir de marzo o abril. En especial, de los jubilados y los trabajadores en blanco.
«Lo que dice Nicolás es que por la baja en la inflación, habrá una recuperación salarial. En el caso de los jubilados, recuperarían todo o casi todo lo que perdieron el año pasado. Y los asalariados registrados, recuperarán bastante», informa uno de los tres principales candidatos del oficialismo. Ante la consulta.
«Vos pensá que del 50% al 70% de los salarios medios suelen ser gastos fijos. Por lo que si te comés esos 13 ó 14 puntos del resto que le queda, es durísimo. En algunos casos les queda la plata para sobrevivir«, reconoce un alto funcionario macrista.
¿De dónde se parte? En 2018, frente a una inflación del 47,5%, los jubilados tuvieron una suba de sólo 28,5%. En el caso de los asalariados, con el último dato actualizado a noviembre, los números anualizados son un poco peores: aumento de sueldos de 27,9% para una inflación (noviembre 2017-noviembre 2018) de 48,5%. En ambos casos, la pérdida del poder adquisitivo ronda entre el 13% y 14%.
¿Por qué se espera que en marzo o abril haya un cambio de tendencia? Porque allí empezarían a cruzarse sueldos en alza con inflación en baja. Por las paritarias y por la movilidad. En el caso de los jubilados, el mes próximo (junto con los beneficiarios de la AUH) tendrán una suba de 11,83%. El número surge de la evolución de precios y salarios de julio, agosto y septiembre pasados. En septiembre, por caso, el IPC fue de 6,5%.
Cuando los jubilados reciban ahora el aumento, la inflación se espera que gire en torno al 2,5%. Si esta baja se confirma, empezarán a recuperar algo del poder adquisitivo perdido.
Con los salarios ocurre algo similar. Algunos gremios podrían activar «cláusulas de revisión» por la inflación pasada y empezarán a gozar de las subas de las paritarias. Así, tendrían aumentos superiores al incremento de precios proyectado. Siempre y cuando, claro, la inflación no traiga sorpresas desagradables.
En la víspera de 2018, el Gobierno, con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a la cabeza, también prometían en público una caída de los precios respecto al año anterior, con la consiguiente recuperación salarial. Una película cuyo libreto no se cumplió y terminó siendo de terror. Consecuencia, entre otras cosas, de una devaluación brusca. Ahora, el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, transmitió su propia promesa: que no hay razones para una corrida del dólar.
«Dentro de la autocrítica que hizo Mauricio con la inflación, está claro que ya arrancamos mal. (Alfonso) Prat-Gay planteó metas de inflación imposibles de cumplir. ¡Y encima Federico (Sturzenegger) le creyó e intentó cumplirlas! Pero además, Prat-Gay decía ‘vamos a bajar la inflación’ y al otro día salía (Juan José) Aranguren con una suba descomunal de tarifas. Ahora, si bien no tenés un super ministro como (Domingo) Cavallo o (Roberto) Lavagna, está claro que el ministro es Dujovne, y él coordina todo, incluido Energía y Finanzas. Y, con la autonomía que corresponde, también monitorea al Banco Central», se muestra optimista un candidato oficialista.
Mientras, en el Gobierno reconocen que el primer trimestre del año seguirá con malas noticias económicas en rubros muy golpeados como la industria y la construcción. A fines de marzo, se espera otro dato en rojo más sensible aún: se conocerán los niveles de pobreza de fines de 2018 y se confirmará un aumento. Para entonces, se ilusionan en la Rosada, la gente empezará a tener un poco más de plata en el bolsillo. Al menos así lo prometió Dujovne.