No hay rastros del campeón en Victoria. Apenas afloran voluntades dispersas de celeste y blanco. El equipo, aquel que se consagró el 31 de marzo en este mismo escenario, es una expresión desdibujada. Lisandro López, capitán y emblema, tampoco surge en su esplendor cuando ingresa en el segundo tiempo. Casi no tiene contacto con la pelota. Racing parece haber dado todo en la Superliga. Está vacío de fútbol en esta Copa y siquiera fluye el amor propio. Tigre es la contracara. Acaba de irse al descenso, pero se muestra entero, a bordo de un juego explosivo de tres cuartos hacia adelante, con una notable dinámica en la mitad de la cancha. Y pega el zarpazo en los cuartos de final. Hace dos goles, pierde el tercero en el final y deja a su gente ilusionada con un pronto regreso a la máxima categoría. «A volver, a volver, vamos a volver», braman en cada rincón del José Dellagiovanna.
Los roles se alteraron. A fin de cuentas, Tigre jugó como un campeón. Con el rendimiento superlativo que lo sostuvo hasta último momento en Primera División y le permitió derrotar a los santafesinos en este petit torneo. Dominó de principio a fin y si no pudo ponerse antes en ventaja se debió a una mala decisión del juez asistente Diego Bonfá. Levantó el banderín y Andrés Merlos anuló un gol lícito de Federico González, quien recibió de Diego Morales. Lucas Janson había alzado los brazos, desentendiéndose de la jugada. ¿Habrá creído el línea que desorientó a Renzo Saravia?
Esa definición del “9” de Tigre hubiera sido un tiro para el lado de la Justicia. Porque el equipo de Pipo Gorosito fue superior a su ilustre rival. A partir de los buenos pies de Lucas Menossi y las triangulaciones de Walter Montillo, Lucas Janson y Cachete Morales. Fueron toques rápidos y certeros, pero sin la profundidad necesaria para perforar a la defensa visitantes en la primera etapa.
Los laterales de la Academia fueron demasiado vulnerables. Es cierto que el ritmo de Tigre conspiró contra la tenencia de la pelota, uno de los máximos capitales del campeón. No obstante, cuando la recuperó,Racing no estuvo fino. Encontró algunos espacios ante un rival que arriesga el pase, que se ofrece, pero Jonatan Cristaldo no estuvo preciso, Darío Cvitanich quedó preso de la trampa del offside, Pol Fernández apareció poco y Matías Zaracho y Augusto Solari casi no rompieron líneas. Nery Domínguez no podía entregar el primer pase.
Bajo esta coyuntura, y más allá de la intensidad del partido, casi no hubo situaciones de gol frente a los arcos de Gonzalo Marinelli y Gabriel Arias. A excepción, claro, de ese grito ahogado por una mala decisión de Bonfá que avaló Merlos.
En el segundo tiempo, Eduardo Coudet reforzó el medio. Neri Cardozo reemplazó a Cristaldo. Sin embargo, Tigre siguió siendo superior.El otro Cardozo, Agustín, hizo un tándem espectacular con Menossi, un todoterreno. Y Montillo encontró el gol después de un horror de los centrales. Primero, de Alejandro Donatti, que salió apurado. Después, de Lucas Orban, quien cerró mal.
Los cambios del Chacho no pesaron. Lisandro no entró bien. Casierra tampoco. Y Menossi armó una jugada de Champions Leagueante cuatro estáticos marcadores, Cavallaro punteó para González y el goleador tuvo revancha. Lo gritó con furia.
Línea de tiempo
4-2-3-1
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Tigre | 2 | – | 0 | Racing Club |
4-1-3-2
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Argentina Copa de la Superliga sábado 11 mayo 2019
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- Árbitro: Andrés Merlos
- Estadio: Monumental de Victoria (José Dellagiovanna)