El refuerzo de vacuna doble viral se aplica sin turno en vacunatorios de hospitales y centros de salud; es una acción coordinada para cortar la transmisión y cuidar a los más chicos
Por qué se activa ahora y para qué sirve
La Ciudad puso en marcha una campaña focalizada contra el sarampión como respuesta al escenario epidemiológico del AMBA. La idea es simple: llegar rápido a la población en riesgo, sumar refuerzos y cortar la cadena de transmisión antes de que el virus gane terreno.
Es una estrategia coordinada con Nación, Provincia, CONAIN y la Comisión Nacional para la Certificación de la Eliminación del Sarampión, la Rubéola y el Síndrome de Rubéola Congénita, para que todos empujemos para el mismo lado.
Importante: esta acción no reemplaza el Calendario Nacional de Vacunación. Lo complementa. El calendario sigue igual y la campaña suma una dosis específica en un momento clave.
A quiénes les corresponde la dosis de refuerzo
Niños de 6 a 11 meses: reciben una dosis de vacuna doble viral, conocida como “dosis cero”. Es un empujón extra de protección en una etapa de alta vulnerabilidad.
Niños de 13 meses a 4 años (nacidos en 2021, 2022, 2023 y 2024): deben recibir una dosis adicional de doble viral. Esta dosis es por la situación actual y se suma a lo que ya indica el calendario.
Aclaraciones necesarias para no marearse
Si tu nena o nene ya recibió una dosis adicional en la Campaña de Seguimiento de 2022 (la de los 13 meses a 4 años), no hace falta aplicar otra adicional ahora.
Los chicos que cumplen 12 meses deben recibir la dosis de Triple Viral que marca el Calendario Nacional. Luego, al mes siguiente, serán citados para la dosis adicional de Doble Viral, siempre que la estrategia focalizada siga vigente.
Los nacidos en 2020 tienen que completar las vacunas correspondientes a los 5 años tal como indica el Calendario: la campaña no cambia ese esquema.
Dónde y cómo vacunarse: fácil y cerca
La aplicación se hace sin turno previo en los vacunatorios de hospitales y en los Centros de Salud de la Ciudad. Acercate al que te quede más cómodo y seguí las indicaciones del equipo de cada sede.
Para evitar demoras, llevá DNI, libreta sanitaria y carnet de vacunación. Con esos datos se verifica el esquema, se registra la dosis y te vas con la constancia al día.
Los horarios pueden variar según el lugar, por eso conviene chequear la grilla actualizada de cada hospital o centro antes de salir, así organizás la visita con tiempo y sin vueltas.
Qué buscamos con esta campaña
El objetivo es proteger a la población de mayor riesgo y evitar brotes sostenidos. Cuantos más chicos protegidos haya, menos chances tiene el virus de seguir circulando en la comunidad.
El sarampión es altamente contagioso y puede traer complicaciones graves, sobre todo en la primera infancia. Por eso el refuerzo ahora, con foco quirúrgico y tiempos cortos.
“La vacuna es un puente entre el susto y la tranquilidad: aplicarla a tiempo corta la cadena, cuida a tu familia y le pone un freno al virus en el barrio”.
Señas para reconocer la situación y actuar
Ante fiebre alta, tos, conjuntivitis y un exantema (erupción) que se expande desde la cara al resto del cuerpo, no te autodiagnostiques: consultá al sistema de salud para evaluación y orientación.
Si sos contacto de un caso, seguí las indicaciones del equipo de salud de tu hospital o centro cercano; ahí te van a decir si hace falta aislamiento, control de síntomas y/o vacunación de bloqueo.
Recordá que la mejor herramienta es la vacunación completa y registrar cada dosis en la libreta para que quede asentado. La prevención se alimenta de datos claros y a mano.
Preguntas cortitas de la fila
¿Hay que ir en ayunas? No. Tomá agua, desayuná liviano y llevá abrigo por si hay que esperar unos minutos; la aplicación es rápida y con personal especializado.
¿Qué llevo además del DNI? La libreta sanitaria y el carnet, si lo tenés. Eso ordena el registro y evita repetir dosis innecesarias.
¿Se puede ir con un resfrío leve? Ante síntomas, consultá en el vacunatorio; el equipo evalúa en el momento y te orienta según el caso, para que te vayas con una respuesta clara.
Consejos para una visita sin estrés
Elegí un horario tranquilo, llevá algo de hidratación y un snack para los más chicos, y contales con palabras simples qué van a hacer: eso baja la ansiedad y hace todo más amable.
Al llegar, seguí la señalización del vacunatorio: hay circuitos pensados para que en pocos pasos completes el registro, la aplicación y el descanso breve posterior si lo indican.
Si vas con varios chicos, armá una carpeta con los carnets y anota dudas para preguntarlas en ventanilla. Así todo lo importante queda dicho y escrito en el momento.
Calendario al día y comunidad cuidada
Aprovechá la visita para repasar el calendario completo de vacunas. Muchas veces, en los controles de campaña se detectan dosis pendientes y se resuelven al toque.
Vacunarte vos también protege a quienes no pueden vacunarse por motivos médicos. La inmunidad comunitaria se construye hombro con hombro, sin dejar grietas.
Si tenés dudas después de la aplicación, conservá el comprobante y usalo para cualquier consulta futura. Tener el papel a mano acelera respuestas y despeja confusiones.
Cómo seguir las novedades oficiales
Los vacunatorios publican sus horarios y días de atención en canales oficiales. Revisalos antes de ir, porque en situaciones especiales puede haber ampliaciones o cambios.
Si la estrategia focalizada se extiende o se actualiza, lo vas a ver enseguida en las comunicaciones de la Ciudad y de los hospitales. La consigna es estar cerca y avisar a tiempo.
Compartí la info en el grupo de la escuela o del club. Mucha gente se entera por el boca en boca del barrio, y cada familia que llega a tiempo suma al cuidado colectivo.
Un mensaje final, sencillo y al hueso
El sarampión no es un resfrío fuerte: es muy contagioso. Por eso la campaña ahora, con foco en los más chiquitos, con dosis claras y equipos listos para atenderte sin turno.
Si te corresponde, acercate al vacunatorio más cercano. Son unos minutos que valen oro: te vas con un refuerzo puesto, el carnet al día y la tranquilidad de haber hecho lo correcto.
La salud pública se construye en la vereda de cada barrio, con información simple, trato cálido y decisiones que cuidan a todos, especialmente a quienes más lo necesitan.